jueves, 23 de noviembre de 2017

TRES GRANDES INTERROGANTES:¿ Puede la Iglesia enseñar sobre temas de carácter público o político ?¿ Qué es , en ese caso , lo que la Iglesia puede enseñar?¿ Dónde queda , entonces la libertad del católico al intervenir en la vida pública?


TRES GRANDES INTERROGANTES


¿ Puede la Iglesia enseñar sobre temas de carácter público o político ?

¿ Dónde queda , entonces la libertad del católico al intervenir en la vida pública?

En la última publicación en  la web del  club de opinión  Jaime I y Estudios Históricos , prometí enviar las respuestas a tres grandes interrogantes. Las publicó El EQUIPO SIETE en un libro titulado  “ El laicismo de Ahora”  ( Valoración de urgencia de la situación española ) en su primera edición en  Diciembre 1990 .

¿ Puede la Iglesia enseñar sobre temas de carácter público o político ?

Pues hay que responder positivamente : La Iglesia , como recuerda Rusell Shaw , tiene competencia para proponer una doctrina moral que afecte a temas de orden político. Es más , tiene el derecho y el deber de identificar valores , generales y amplios , como fines apropiados para la actividad social, y de proponerlos como objetivos perseguibles para el derecho y la política.

El laicismo contemporáneo se opone a lo que considera erróneamente una intromisión en “ su propio ámbito”. Las reacciones airadas que suscitaron en España la instrucción “ la verdad os hará libres”


 , de noviembre de 1990 , de los obispos españoles , son suficientemente elocuentes. Se ha acusado a los obispos de anti demócratas , de injerencias indebidas, etc Sin embargo , los obispos , en cuanto maestros de la Iglesia , tienen el derecho a hablar de temas como economía o política de defensa cuando afectan a puntos concretos de la moral humana.  Es cierto que esos ámbitos requieren conocimientos técnicos en los que los obispos no son especialistas. Pero también es cierto que esos ámbitos afectan a campos decisivos del actuar humano, que no son neutros desde el punto de vista moral.

¿ Qué es , en ese caso , lo que la Iglesia puede enseñar?

Hay que contestar también positivamente : la Iglesia es competente para enseñar con autoridad lo que no debe hacerse , y para señalar conductas incompatibles con valores y objetivos fundamentales de la vida humana.

Pongamos un ejemplo, entra dentro de la competencia de la Iglesia enseñar con autoridad que el aborto y el ataque directo en una guerra a personas no combatientes son incompatibles con el respeto a la vida , que debe ser un principio básico de la doctrina individual y social. Y los cristianos están obligados , como se lee en la Declaración sobre la libertad religiosa , a seguir estas enseñanzas:” los fieles , en la formación de su conciencia , deben prestar una atención diligente a la doctrina sagrada y cierta de la Iglesia”

¿ Dónde queda , entonces la libertad del católico al intervenir en la vida pública?

Hay que responder del mismo modo: la Iglesia no indica lo que debe hacerse en concreto en concreto en cada caso para poner por obra los valores objetivos en la vida personal y social. Puede dar sugerencias , animar , apoyar , estimular …  pero respetando siempre la creatividad de la conciencia cristiana y el derecho de los ciudadanos católicos a actuar con su conciencia , rectamente formada a la luz de la fe y del Magisterio. Porque , frecuentemente , no habrá un solo camino para poner por obra los principios que la Iglesia enseña: se podrá alcanzar ese objetivo por muchos caminos , y los católicos deben elegir , con plena libertad y responsabilidad , aquel que estimen en cada momento más prudente y adecuado para alcanzar ese fin.

En todo caso , la actuación de los católicos comprometidos en la política debe ser siempre libre y coherente .Esa coherencia se traduce , en palabras de Gianfranco Morra.

-       En primer lugar , en un esfuerzo por “ reconquistar la propia identidad cristiana , es decir , rechazar las subordinaciones y las genuflexiones ante el mundo” . Para que la fe se haga cultura , el cristiano no necesita servirse , como recuerda Aréchaga , de antropologías diversas de aquellas que encuentra en la propia tradición histórica
-       En segundo lugar ,hay que recordar que “ la opción religiosa , primaria para un cristiano , sería traicionada si no se tradujera en un compromiso social y político coherente con esa opción.”

En definitiva , el empeño del cristiano por estar presente en el campo civil , y en la medida de sus posibilidades en el político , “  tiene que estar presidido por un deseo de animar la sociedad con los valores cristianos , bien en un sentido crítico , bien en un sentido constructivo”
Esta animación redunda en beneficio de la sociedad entera , porque la pretensión pública de la fe cristiana no perjudica , como recuerda Ratzinger , ni al pluralismo ni a la tolerancia religiosa del Estado .

“ Pero de ello no puede deducirse – concluye el cardenal – una plena neutralidad del Estado ante los valores . El Estado debe reconocer que todo un patrimonio de valores , refundidos en la tradición cristiana , constituye el presupuesto de su propia subsistencia. Debe , en este sentido , por así decir , reconocer sencillamente su propio lugar histórico , el humus del que no puede verse privado sin autodestruirse. Debe el Estado reconocer que existe un patrimonio estable de verdades que no está sometido al consenso , sino que precede al Estado y lo hace posible.”

Mas claro , agua!!!!




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