viernes, 16 de mayo de 2025


 

 

CATALINA, MUJER DE LA SANGRE Y DEL FUEGO

 

El Arzobispo George Ganswein, eufórico con el nuevo Papa ha declarado: “ La época de la arbitrariedad ha terminado. Hay que superar el pasado confuso” Rebosa alegría, casi un alivio. El hombre que fue Prefecto de la Casa Pontificia con Benedicto XVI y luego con Francisco, quien le destituyó abruptamente en 2020 , siguió el Conclave y la elección de Robert Prevost desde la distancia.. y no oculta su grata sorpresa….Aunque mantiene oculta mucha parte de la verdad, por el momento .” 

 

Creo, que en estos tiempos “ revueltos “ que estamos viviendo, conviene recordar a Catalina de Siena, una mujer  que te impacta, te impresiona  y que te atrae. Cuanto más lees su vida, más te fascina. Hoy tenemos necesidades de referentes. Necesidad de testimonios.

 

 

Catalina de Siena vivió en el siglo XIV, nació el día de la Anunciación, y hasta el día de hoy congresos enteros hablando de lo que fue y lo que hizo esta mujer fascinante .   Hablar de ella, significa meternos en el mundo del siglo XIV, desde donde podemos imaginarnos cuál era la situación social de la mujer.

 

A los 6 años, jugando con su hermano por las calles de Siena, tiene una visión: ve sobre la Basílica de Santo Domingo a Cristo Rey coronado, y a su lado a los apóstoles Pedro y Pablo y al Patriarca Santo Domingo de Guzmán. Ella queda prendada y decide a esa edad  consagrarse definitivamente al Señor. Murió a los 33 años.

 

 

En cuanto hizo su consagración con Dios, quiso entrar a la Orden Dominicana como hermana terciaria.No fue religiosa, fue laica y de un protagonismo impresionante en la vida social y política y en la eclesial. Familiarmente  llamaba al Papa “ il mio babo”, que no tiene una traducción directa del italiano pero significa algo así como “ el papito”  En esa época muy convulsionada desde el punto de vista social y político y eclesial, Catalina luchó por las tres cosas. El papado se había establecido en Francia, y a él, A a ese Papa al cual ella visitó en Aviñón le pidió que volviera a Roma.  Imaginemos a esta mujer joven, 27 años, parada frente al Papa, ante los cardenales, conversando con él y diciéndole, no en términos tan delicados como el de “ mío babbo”, porque le dijo: “ Sé hombre, vuelve a Roma” . ¿ Y el Papa que hizo ? . El Papa escuchó, vio en ese escenario a una jovencita diciéndole estas cosas. Entonces a él lo conmocionaron.

 

 ¿ Por qué sucede esto ? Porque era Dios el que estaba hablando. Supo interpretar eso y decidió volver a Roma.  ¿Por qué podemos ver nosotros que ella era toda de Dios ? Porque no hay una explicación que nos pueda dar elementos con los cuales entender que esta pequeña joven mujer iletrada ( no sabia leer, no sabía escribir) llega a ser después reconocida como Doctora de la Iglesia. ¿ Qué pasó allí ? ¿Hay algún factor humano que haya hecho desarrollarlo, era un súper prodigio ?

 

¿ Por qué era de Dios ? Por su Amor y entrega al Crucificado. Dios estaba en ella, Dios hablaba con ella y Dios hablaba a través de ella. Porque si no, no se puede explicar toda su vida. No hay una dimensión humana que haya hecho tal crecimiento.

  “ Anegada en la sangre”, ella tiene como una perspectiva de la salvación solo si es bañada por la sangre del crucificado: “ Sangre, sangre…” decía . Ella veía y sentía la Sangre del Señor. “ Se ocupó de las cosas del Señor, olvidándose del señor de las cosas “ y construyó para preservarse del mundo exterior, una celda interior. .La celda interior del conocimiento de sí misma, que es el lugar donde solamente estaban ella y Jesús.

 

Antes de morir Jesús le dijo: “ Estruja mi corazón sobre la faz de mi Iglesia”. Para limpiarla, para purificarla. De todo lo que sucedía en esa época, y de lo que sigue sucediendo ahora.

 

 Fue embajadora de distintos estados, porque Italia debatía en guerras fratricidas , todas sus provincias estaban divididas y en contiendas, estaban en guerra entre ellos. Y la eligieron a ella para que fuera embajadora. Escribió, exhortó, imploró, exigió. Tenia una prestancia y una fuerza cuando se presentaba ante los poderosos, que cautivaba …allí estaba Dios.

 

El recuerdo de Catalina de Siena nos invita a servir a la Iglesia, y a que nada humano nos sea ajeno, porque no nos sea ajeno el designio divino de Dios sobre el mundo y el hombre.

 


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