“I…
como Ícaro” es la película más redonda de Verneuil, toma la inspiración del atentado que acabó con la vida
del presidente Kennedy para crear una trama que se mueve entre el thriller y el
cine político.
Consigue algo muy
difícil y que lleva a hablar del mundo de la magia, del caso en el que un mago
hace un truco, nos enseña como lo hace para cerrar mostrándonos otro truco más
complicado que el primero. Verneuil usa
esa técnica y le añade elementos del cine de Costa Gavras para mostrarnos una
trama en la que la investigación acabará siendo muy peligrosa para el
investigador, un fiscal que no cree en las investigaciones iniciales sobre el
atentado que ha realizado el Estado, ahí también hay algunos elementos en el
arranque de “Doce hombres sin piedad”. La resolución es algo efectista y a día
de hoy parece algo desfasada, pero contiene elementos narrativos muy logrados,
deja que el espectador participe en la trama, deja que todo respire y vaya al
ritmo adecuado. Consigue crear una sub trama de gran impacto, me refiero a los
estudios psicológicos que se muestran, el
experimento MILGRAAM.
Adjunto enlace por si
quieres conocerlo. Interesante
experimento sobre la autoridad.
La banda sonora es de Ennio Morricone y se adapta a la trama como un guante, con pasajes
muy destacados.
“I… como Ícaro” nos presenta a un peculiar fiscal honesto que poco a
poco va descubriendo los entresijos de una organización secreta que ha sido la
responsable de la muerte del jefe de Estado que además controla parte del
aparato y sabe mantenerse en la sombra para conseguir poder.
Destaca la interpretación de un Ives Montand en estado de gracia y que ya había brillado en films
de Gavras como la magistral “Z”
“I… como Ícaro” dura dos horas y no tiene ni un momento superfluo,
avanza constantemente, no tiene tiempos muertos, logra algo difícil, pegarse a
la realidad y mostrar una historia que sigue siendo vigente, magistral, a
reivindicar, a recomendar.
Es de esos pocos films que entretiene, engancha y hace
pensar.
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