Educar es dedicar tiempo
Cuando se habla
de educación de los hijos se ha de tener mucho cuidado para no caer en lamentos
estériles , miedos infundados , y tratar de los chicos como seres problemáticos
con capacidad de traer más problemas aún . Educar
no es demostrar a mis hijos , y a todo aquel que quiera escucharnos , que
nosotros tenemos razón , que YO tengo razón . Eso nadie lo duda ; seguramente
tiene más razón , lógica y medida de la realidad un señor de cuarenta y cinco
años que un chaval de quince . Una mama de cincuenta años puede dejar hecha
fosfatina a su hija razonando porque ella , la niña , es una egoísta de tomo y
lomo. Pero eso no es educar. Tener razón no es educar.
Cuando uno basa toda la educación en imponer su
criterio es casi imposible no acabar humillando , de los muchos modos que
existen de humillar: la ofensa , el grito , la indiferencia , los malos modos ,
el castigo físico , el insulto … ¡ hay tantas maneras !…
Un chaval de quince años es una naturaleza que tiene
sus propias claves de comportamiento , misteriosas e inescrutables , ayer , hoy
y siempre. En un Parador Nacional un
chico en plena edad del pavo , gorra con la visera hacia atrás , pantalones
vaqueros elefanticos y andares arrastrosos , puede pedir un burguer sin mirar
la carta que el camarero le ofrece .
Y podemos decirle : ¡ serás
imbécil !
La probabilidad de que se levante de la mesa y dejar
una amarga ausencia en el restaurante es muy alta e incluso puede decir: ¡ iros
todos a la mierda ! . Un chaval puede
pedir eso y un bocadillo de pepinillos.
Buen humor y
pillería por parte de los padres. No
olvidarnos de quienes fuimos ; y esperar y pensar que esa criatura que parece
un perfecto imbécil , es un tipo estupendo que se entera más de lo que creemos
y que tiene todo el derecho del mundo a vivir esa edad de silencios , de
reproches rumiados , de amores difíciles , de comportamientos tribales , de
tristezas y alegrías desfasadas , de rebeldías absurdas. Esto no significa que cada uno haga lo que le dé la gana en una familia
, ni limitarse a una especie de ingenuo pensar que la naturaleza humana basada
en una bondad natural y que las cosas salen solas . Está claro que , o hay
normas claras , concretas y precisas en un hogar , o aquello es la selva.
Jesús
Mendive , profesor de enseñanza media
y orientador familiar escribía hace años: “ Un periodista quiso hacer un
informe sobre la realidad de la educación en las aulas de una ciudad , y nos
pidió poder desenvolverse sin cortapisa ninguna en el colegio que yo trabajaba
entonces . Iba preguntando aquí y allá los porqués de cada situación nueva que
veía ¿ Por qué estáis en esta zona del patio ¿, ¿ por qué coméis en la misma
mesa ¿ … y posiblemente hartos de aguantar un tipo que no es parte del paisaje
, le contestó uno de esos adolescentes con visera ladeada “ mire , aquí sabemos lo que tenemos que hacer
, eso lo tenemos muy claro , y luego cada uno hace lo que quiere, y se atiene a
las consecuencias “. ¡ Toma del frasco , Carrasco ¡!
Aunque parezca mentira , en la adolescencia se necesitan normas claras , tan precisas como un
semáforo. En esa edad de inseguridades , de dudas , de mimetismos , de
conducta tribal para poder vivir según como la peña espera de él , el darle
criterios – cada familia tiene los suyos- les afianza y encauza . Sé lo que se
espera de mi , y , además , en esto , mis padres un juegan. En el colegio
sucede lo mismo.
Muchas veces me hace pensar la cantidad de literatura
que prolifera sobre el tema de la familia y la educación . Preocupa , al
parecer , que muchos padres necesitan un asesoramiento , unos cursos , unos
ciclos de of porque , se afirma , el hombre actual apenas dispone de tiempo
para atender sus obligaciones familiares
, y es fácil que valores insospechados y
peligrosos invadan la vida de sus hijos . Es importante estar. Educar
es dedicar tiempo., estar allí , mirar día a día a los ojos de las personas que
se supone queremos más que a nada y a nadie en esta vida.
Que no terminemos nuestra vida afirmando : “ no supe
estar allí” .Repito: EDUCAR ES DEDICAR TIEMPO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario